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| Dibujo de Arantxa Castro Martín |
Ariadna es una niña que tiene un rosal. Es simpática y alegre. Vive en Vélez Málaga, con su hermana y sus padres. Ariadna es una niña normal, cuida de un rosal, que hay en su casa. Ariadna cuida su planta con cariño, porque cuando cumplió nueve años se la regaló su padre. Su padre le dijo que debería cuidar siempre del rosal.
El rosal se hizo muy grande y siempre echaba rosas muy bonitas. Pero un día empezó a echar rosas diferentes y Ariadna no sabía que le pasaba al rosal.
Un día miraba las rosas y se acercó a olerlas y las rosas olían a lasaña con queso. Ariadna se quedó pensando en que podía haber pasado para que su rosal oliera a lasaña con queso. El rosal comenzó a hablar y le dijo:
El rosal se hizo muy grande y siempre echaba rosas muy bonitas. Pero un día empezó a echar rosas diferentes y Ariadna no sabía que le pasaba al rosal.
Un día miraba las rosas y se acercó a olerlas y las rosas olían a lasaña con queso. Ariadna se quedó pensando en que podía haber pasado para que su rosal oliera a lasaña con queso. El rosal comenzó a hablar y le dijo:
- Soy un rosal mágico, puedes pedirme un solo deseo. Sólo uno.
Ariadna se quedó pensando en que le pediría al rosal. Un día, después de mucho pensar, Ariadna encontró un deseo que pedir. El deseo era que todo fuera como antes.
Azulín, azulado
este rosal se ha arreglado
con un deseo colorado.
Arantxa Castro Martín de 3º A de Primaria
Muy bonito Arantxa
ResponderEliminaroyoyoooiiii mi primaa q artisstaa ess ! mee encantaaaaa guapaa! :)
ResponderEliminarMe ha encantado el cuento. Me parece divertido que huelan las rosas a lasaña con queso.
ResponderEliminarNos ha parecido muy bonita la historia de la rosa, pero nosotras hubiéramos pedido otro deseo: Salud, amor y felicidad... y un millón para ir de viaje y cambiar de casa.
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