Luz era una niña que tenía una semilla muy pequeña de un árbol que encontró en una cajita de su hermana. La semilla era preciosa, era amarillenta como la luz del sol. La niña pensó: “Voy a plantarla en el jardín, al lado de la casa.”
Todos los días la cuidaba para que creciera sana y fuerte. Al cabo del tiempo salió un brote y el arbolito creció y creció.
La niña cumplió su sueño, ya había plantado su semilla y la había cuidado. Un día se cansó de cuidarla y la dejó abandonada.
Cuando dormía una noche, Luz escuchaba en sus sueños:
“¡No, no me dejes de cuidar! ¡No, no me dejes de cuidar! Si tienes paciencia podrás ver mi secreto”.
Un día Luz se acercó a su arbolito y vio unos tonos dorados en una hoja. Pasado el tiempo la hoja se puso entera de color oro brillante. Luz se acercó mucho a la hoja para verla mejor y todo lo que había a su alrededor comenzó a temblar. Era un terremoto. Luz asustada apareció en un lugar extraño, todo estaba cubierto de oro. Ella pensó: "¿Dónde estoy? ¡Qué extraño es todo!". Ella no sabía que estaba dentro de la hoja dorada, vio un cartel que ponía:
“BIEN VENIDA A LA CASA DE LA HOJA DE ORO.”
Esta vez ,en vez de asustarse se puso muy contenta. Se bañó en una bañera de oro con muchísima espuma y pompas doradas. Se pasó allí todo el día entusiasmada y cuando iba a salir para comer, no podía, se puso a llorar y oyó una voz, que le decía:
-¿Cómo te sientes ahora? - dijo una voz dentro de la casa de la hoja dorada .
La niña no vio a nadie. La voz le dijo:
- Me llamo Flora, mira al techo, estoy aquí, ¿Me ves? No te asustes, no te voy a hacer nada.
- Te veo. Me siento mal Flora. - dijo Luz-.
-Como ves, aquí todo es de oro. Veo que ya no eres feliz en mi casa, a si que te vas a marchar muy contenta, toma esta varita mágica. Abre esa puerta de oro y pasa. -dijo Flora-.
Cuando salió Luz de dentro del mundo de la hoja de oro contó a toda su familia lo sucedido. Desde la rama del árbol de la hoja de oro comenzó a caer semillas, como aquella que encontró en la cajita de su hermana; y Luz las cogió y las repartió entre todos sus amigos y amigas, y a todos sus familiares y a todos les dijo:
-Siembra esta semilla y cuando salga la planta cuidarla muy bien que ella te lo agradecerá. Cuando crezca veréis el secreto que se esconde.
Todos se quedaron alucinados con las palabras que le dijo Luz.
Luz se acordará siempre de todo lo que vivió aquel día dentro de la hoja de oro. Fue un momento mágico para ella y siempre tendrá en cuenta que debe dejar de cuidar de su planta.
Laura Ruiz Palacios de 5º A de Primaria.
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